Las características individuales constituyen
la fortaleza de una democracia y la negociación
de éstas es precisamente la actividad democrática: cuanto más el alumno aprende
a asumir la responsabilidad de reflexionar sobre la experiencia y elaborar una
visión válida del mundo y un conjunto de creencias, genera una alta
probabilidad de un mapa personal y único de información. Es por ello que el modelo
social o sociocrítico se fundamenta en la naturaleza social de la persona, en
la forma en que aprende la conducta social y cómo la Interacción facilita y
puede mejorar el aprendizaje académico. Si las instituciones se dan cuando
existen grupos organizados de Individuos en los que los participantes
interactúan y se afectan y las relaciones sociales también se alteran
constituyendo nuevas “pautas sociales”, la función de la educación, desde el
modelo social, consiste en preparar a los alumnos como ciudadanos con
habilidades integradoras y democráticas. Es por ello que en la escuela se
concibe como una pequeña ciudad productiva con cultura cooperativa. De esta
manera el modelo sociocrítico conocido también como social, destaca la
naturaleza social de la persona, en la forma en que se aprenden las conductas
sociales y cómo la interacción influye mejorando
el aprendizaje académico. El modelo parte de una educación con la función de
preparar a los ciudadanos en una cultura democrática que a la vez destaca la vida personal y social, asegura un
orden social democrático y productivo. El principio rector es la conducta
cooperativa, las tareas requieren de la interacción social que mejora el
rendimiento académico y a su vez que son estimulantes desde el punto de vista
social e intelectual: el desarrollo de la conducta social productiva combina
las habilidades y los conocimientos académicos.
Según las concepciones escritas por. Aristóteles, Platón y Marco Aurelio; de
educadores, cristianos medievales como Tomás de Aquino y renacentistas como
Juan Amos Comenio John Dewey, primera mitad del siglo XX, se reconocen como principales
representantes generadores de modelos pedagógicos sociales de educación. De allí,
un modelo social concibe a las instituciones educativas como pequeñas sociedades productivas en las que la cultura
escolar que a través de las cooperativa incentiva a utilizar una diversidad de
modelos de enseñanza para la adquisición de conocimientos y el desarrollo de
habilidades. John Dewey propone que la escuela se organice como una democracia
en miniatura, en la que los alumnos participan en el desarrollo del sistema
social y a través de la experiencia, aprenden gradualmente cómo aplicar el
método científico para mejorar la sociedad humana. Un ejemplo es la propuesta de
Michaelis para enseñar las ciencias sociales en primaria. Los modelos sociales
representativos son: los grupos cooperativos, de la investigación grupal, la solución
de problemas sociales, el juego de roles, entre otros. El modelo de
investigación grupal propuesto por Herbert Thelen combina en una sola
estrategia de enseñanza la forma y la dinámica del proceso democrático con el
proceso de investigación académico, a partir de crear una situación de
aprendizaje centrado en la experiencia con
la posibilidad de transferirse a
situaciones futuras y caracterizada por
un alto nivel de investigación.